Se va acercando la hora, las previsiones de Rajoy se van cumpliendo milimétricamente, no se probará ningún delito porque “será imposible probar nada”, y si se encuentra algo en las evidencias que no cuadrara, sería un leve error administrativo.
Habrá que preparar las cartas, los artículos y demás comunicaciones para pedir perdón a estos hijos de la gran puta por haber dudado de ellos. No aprendimos de Naseiro (El tribunal ordenó destrucción de las cintas inculpatorias con las conversaciones de los implicados), hoy las grabaciones se pueden leer en las hemerotecas dado su valor histórico, pero jurídicamente carecen de valor probatorio, usted puede hacer unas copias y limpiarse el culo con ellas o hacer una base para hip hop, pero no encontrará delincuentes. Ellos si aprendieron, desde al mismo inicio destruyeron papeles, el soporte informático y hasta los posibles testigos han sido inutilizados, tras la indignación por la desvergüenza, viene la desidia y la impotencia por la bura ela de los acontecimientos. Todo está bien, yo mantengo mi confianza en la guillotina.
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